sábado, 7 de abril de 2018

El caudaloso río Velillos.


Esta preciosa ruta transcurre por las Sierras de Moclín y del Marqués, por sus pasillos montañosos labrados por el río Frailes o Velillos, por sus valles donde irrumpen masas calizas erosionadas caprichosamente por el agua. Esta ruta se conoce como de la Hoz del río Velillos o del Gollizno, que significa estrechamiento de un paraje natural.

Caminamos veredas que han sido trazadas desde antaño por el paso de diferentes culturas; han dejado su impronta en los numerosos yacimientos arqueológicos que pueblan su geografía. La Prehistoria nos dejó “El Santuario Andaluz del Neolítico” (Cueva de Malalmuerzo) y numerosas pinturas rupestres repartidas en las cavidades de sus sierras.


Comenzamos en Olivares, en el barrio situado junto al Barranco de los Piñares. Ascendemos hacia Moclín dejando el valle y el caudaloso Velillos a nuestra derecha. La primavera nos asalta en forma de pequeñas flores y el verde nos habla del agua caída y de la que está a punto de caer.


Comenzamos por una pequeña vereda que transcurre al filo de la ladera y asciende hasta la pista que une Olivares con Moclín. Por el camino recogemos collejas y rúcula. Y dejamos atrás numerosas colmenas.

Llegamos a Moclín y, por la pintoresca calle Amargura, subimos hasta la Ermita de San Antón. Nos acercamos a la iglesia de la Encarnación pasando por el Pósito. El Castillo siempre al fondo.


Luego tomamos la senda que, entre pinares llega a la original espiral de la Fuente de Corcuela. Antes nos detenemos en un abrigo a contemplar unas pinturas rupestres.

Luego nos encaminamos al río Velillos, a la conocida vereda del Gollizno. Nos adentramos en los "Tajos de la Hoz", garganta natural excavada por el constante fluir de las aguas que, junto a la exuberante vegetación ribereña. Pasamos por la presa del Diablillo y por la Fuente de la Buena Ventura.

Llegamos así hasta Olivares.

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