jueves, 2 de noviembre de 2017

Bendita mata de tomillo.


Hoy hemos paseado por el entorno de los Cahorros. Los acompañantes chicos y chicas de 4º de la ESO del Colegio La Purisima. Mañana fresca y soleada en Monachil, que hace referencia al "monte elevado"; la lluvia de hojas nos recuerda que, a pesar del bajón del pluviometro y del subidón del termómetro, es otoño.


Nos adentramos en estos parajes tan contrastados por los Cahorros Altos llegando hasta el Puente de las Chorreras y regresamos por el interior del cañón y el camino del río.

En días como hoy te das cuenta del cariño tan grande que puede despertar en tí una persona desconocida que, desvalida, precisa en ese momento de toda tu atención. Una chica dio un resbalón y al caer sobre una mata de tomillo quedó inconsciente. Tras incorporarla con mucho cuidado solo un pensamiento, una posibilidad: esta niña tiene que despertarse, abrir los ojos y no solo mover los labios sino sonreír.

Y todo el empeño en ese propósito... (esos puntos suspensivos no sabría exactamente como describirlos pero no se olvidarán con facilidad). Y al final la recompensa de verla caminando junto con sus compañeros. Quiero felicitar a esta chica por su entereza, a sus amigos y amigas por su apoyo y preocupación, a las maestras por su confianza y tranquilidad y a la bendita mata de tomillo por estar precisamente ahí.

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