miércoles, 29 de marzo de 2017

Siguiendo la acequia Aynadamar.



El recorrido comienza en Fuente Grande, en Alfacar tierra de agua y pan. Seguiremos a la Acequia Aynadamar hasta El Fargue.

La acequia de Aynadamar nace en la Fuente Grande de Alfacar y su nombre procede del árabe ayn al-dama´a que se traduce por "ojo o fuente de las lagrimas". Fue mandada construir al visir Abu Mu Ammal  por el rey zirí Abd-Allah.

Desde entonces, este cauce de agua artificial ha jugado un papel esencial en la historia de la ciudad de Granada. A lo largo de más de los 14 kilómetros de recorrido, a través del piedemonte oriental de la depresión granadina, el agua descendía desde los 1.100 metros de altura hasta la zona alta del Albaicín que se encuentra a 800 metros y a partir de ahí se ramificaba en una red de abastecimiento urbano.

En su recorrido, la acequia pasa por el pueblo de Viznar y el Fargue hasta llegar al Albaicín.

Caminamos desde Fuente Grande hasta Viznar desviándonos de vez en cuando de la carretera para aproximarnos a la acequia Aynadamar. Observamos, cruzando la acequia, unos puentes del siglo XI destinados a evitar que piedras o sedimentos que se desprendan de la ladera anexa bloquearan el paso del agua.

Dejamos atrás el Barranco de Viznar y " Los Pozos" y nos aproximamos al Barranco de Juan Torres donde la acequia toma un atrevido atajo; a continuación prosigue entre bancales.

Nosotros caminamos por el llamado Cordel de Fuente Grande. Pasamos por el enclave de la Colonia. Federico García Lorca pasó sus últimas horas de vida en La Colonia, este cortijo de Víznar (en la foto en blanco y negro), utilizado por la República como colonia de verano para los hijos de los obreros, de ahí su nombre, pero convertido en prisión por los franquistas, durante la guerra.


Sabemos por Agustín Penón e Ian Gibson que el poeta compartió aquellas horas de angustia e incertidumbre con el maestro Dióscoro Galindo, y los banderilleros Francisco Galadí y Juan Arcollas Cabezas.

Al llegar a Viznar tomamos la Calle Tranversal Alhambra y luego Eras Altas. Bordeamos el Barranco del Toril.

Una vez cruzado el río Beiro nos encontramos con los restos de un antiguo molino que se servía de la acequia de Aynadamar, aprovechando el salto de agua formado por el desnivel del terreno; hablamos del Molino del Pino.

Vamos caminando por el Camino Real de Viznar. Por lo general la pista es siempre en descenso, con la acequia a la derecha. Al llegar al Fargue nos topamos con el Camino de la Barrera. Lo seguimos atravesando el pueblo por la calle Real hasta llegar a la Ermita. A la derecha podemos contemplar de nuevo la acequia Aynadamar.

Tomamos el camino que une el Fargue con la Abadía del Sacromonte. Pronto, cuando la pista corta el Barranco del Sacromonte, nos desviamos a la derecha por una bonita vereda que nos conducirá al Camino del Sacromonte.

Ya solo resta seguirlo hasta Granada.

Mucha pose veo yo hoy en este recorrido... No se os puede dejar solos.


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