miércoles, 22 de febrero de 2017

Desde Beas a la cueva del padre Manjón.



Hoy realizamos una ruta llena de momentos para el recuerdo ya que se despedía nuestro amigo Jose. Nada más llegar al bus, repartió su cariño en forma de flores que adornaron las mochilas, las solapas y el pelo de todos y todas  las senderistas.

Partimos de Beas de Granada, un pequeño pueblo cuyos montes pertenecen a la Sierra de Huetor; a su mayor altura, el Buenavista, subimos en un capítulo anterior de esta serie dedicada a los pasos bien trazados.

Bajamos hasta el río Beas, afluente del Darro, por la calle Granada, pasando por los lavaderos públicos y la estación de aguas residuales. Cruzamos el río, que transcurre a nuestra izquierda a partir de ahora.

El camino esta jalonado por encinas centenarias, almendros con sus aromáticas flores y terrenos de olivos. Y un poco más adelante, el río Beas juega a zigzaguear e interponerse en nuestro paso. Pero un par de piedras y unas manos amigas facilita la superación de cualquier obstáculo.

El camino sigue por el valle del Beas, complicándose en ocasiones un poco: estrecheces y chopos caídos que pone a prueba el engrase de nuestras bisagras.


Llegamos al punto donde el río Beas y el Darro se encuentran, la intersección entre sus valles. Y un poco más adelante nos encontramos con el antiguo Cortijo Cortés. Dejamos a la derecha los barrancos de la Cueva, el Cerrón y el Quejigal. Cruzamos el Darro y tras pasar una barrera tomamos el camino de la izquierda.

Entre choperas desnudas pero que definen geometrías de gran belleza, nos vamos acercando a Jesús del Valle. En un tramo llaman nuestra atención unas hileras de cedros de distintas especies ahora cargaditos de flores y de polen; su porte y color contrastan con los sobrios olivos que los escoltan.

Llegamos a la hacienda-cortijo que fue creada por los Jesuitas en el Siglo XVI. Antes nos acercamos a uno de los molinos que domesticaban la fuerza del agua del Darro.

Jesús del Valle se sitúa en el llamado pago de la ribera del Darro y Andarat,  Lo que uno puede ver son sólo ruinas, pero tienen un gran valor histórico: es uno de los mejores ejemplos de hacienda-cortijo de la época y clave para el estudio de las explotaciones agrícolas y ganaderas de la Iglesia y del papel económico que jugó la Compañía de Jesús en aquellos siglos. Por eso Jesús del Valle fue inscrito, en junio de 2005, en el catálogo general del Patrimonio Histórico Andaluz, con la categoría de monumento. Pero desde hace muchos años, como aclara una pintura en uno de los muros, "Que te parta un rayo"


Dejando el Darro a la izquierda y distanciándonos un poco de él, caminamos entre olivos hasta cruzar el barranco del Zapatero. La vereda se sombrea con los chopos. Cruzamos un par de veces el Darro hasta llegar al Carmen de los Granados siguiendo el trazado de una cantarina acequia a los pies del Cerro del Sol. Aquí arranca el Camino de Beas que se convertira en el Camino del Sacromonte.

Terminamos en la escuela del Ave María Casa Grande donde tiene la amabilidad de enseñarnos la capilla donde está enterrado Andrés Manjon y la cueva donde se daban las primeras clases en los comienzos de este proyecto docente y social que marcó el futuro de muchos niños y niñas de Granada.

Hacemos en una foto en unas escaleras donde muchos niños y niñas se han retratado a lo largo de la historia de estas escuelas.

Finalmente deseamos toda la suerte del mundo a Jose en la nueva aventura que iniciará en breve que parte de complejas y valientes decisiones.

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