miércoles, 2 de noviembre de 2016

El Tranvía de la Sierra y el Valle del Maitena.

Hoy nos zambullimos en la paleta de colores y de aromas otoñales del Valle del Genil. Y siempre que caminamos por estos parajes de Guejar Sierra, rememoramos el tranvía serrano que con valentía circense, se adentraba entre estos montes.

Este sueño del Duque San Pedro de Galatíno, que duro desde el 1925 hasta el 1974, ya es parte de la historia de este entorno. Y muchos de los senderistas que esta mañana caminan sobre su recuerdo, viajaron en sus jardineras y aún sienten el traqueteo de su discurrir por las estrechas vías.

Contando anécdotas de estos trayectos en tranvía, bajamos por el Camino del Sotillejo bajo almeces y castaños hasta llegar a la estrecha cola del Pantano de Canales. Dejamos atrás la Fabriquilla e irrumpimos en el paisaje otoñal; el sol se filtra entre las hojas de los bosques de ribera y escuchamos el murmullo del agua que cantarina baja desde las cumbres de Sierra Nevada. En los tramos donde el agua chorrea por las laderas, verdean musgos y culantrillos.

Tras pasar un túnel antes transitado por el tranvía, en el que parecen resonar el eco las risas de los pasajeros, llegamos a la confluencia del Geníl con su afluente el Maitena. Y aquí el grupo se divide.

Unos caminantes se dirigen, acompañados por Tere, por las conocidas veredas que nos conducen al Charcón, al Barranco de San Juan y al inicio de la emblemática Vereda de la Estrella.

Otros emprenden una ruta más exigente que nos adentrará en el Valle del Maitena. Comenzamos por una vereda que asciende a la izquierda de la carretera.



Pronto llegamos a una bifurcación, tomando el camino de la derecha que nos conduce hasta el Cortijo de la Sevillana. Destaca un enorme castaño, un pilón de 1907 con las iniciales JSC y un pequeño aljibe.


El camino sigue pendiente hasta alcanzar la acequia del Maitena o de la Artichuela. Pero en vez de seguirla, apretamos el culo y seguimos para arriba por un camino conocido como de las Herrerías. Y así alcanzamos un aprisco de cabras muy deteriorado pero con vistas. El lugar es precioso, con el Valle del Genil a los pies y la umbría con el color camaleónico de las hojas de los castaños en frente.

Rodeados de cantuesos, mejoranas y espinos albares repletos de majoletas, seguimos...subiendo moderadamente. La vegetación varía; ahora las encinas entablan conversación silenciosa con los robles melojos, cada vez más abundantes.

Poco a poco nos vemos inmersos en un robledal, donde los retoños fruto de la propagación por estolones tapizan el bosque. Y poco a poco alcanzamos la cota de hoy, donde en una bifurcación tomamos la vereda de la izquierda en ¡descenso!.

Bajamos hasta la carretera que nos llevaría hasta Los Lavaderos de la Reina, a la altura del Cortijo de las Encinillas. Almendros, cerezos y manzanos con frutos rojos de cuento sustituyen al bosque mediterráneo.

Continuamos en descenso hasta un derruido molino que nos marca la cota de la acequia de la Artichuela que ahora seguiremos tras vadear este río.  Es una acequia preciosa que nos introduce en el otoñal valle del Maitena.

Seguimos por el camino de servicio de esta acequia hasta llegar de nuevo a la intersección del Maitena con el Genil. Ya solo resta regresar por nuestros pasos hasta Guejar Sierra.

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