miércoles, 6 de abril de 2016

De la nueva a la vieja y viceversa.


Este miércoles, los Senderistas Buenos Aires han caminado desde Ermita Nueva hasta Ermita Vieja; cuatro kilómetros las separan, ambas situadas en las sierras que rodean el bonito pueblo de Dilar, aunque nosotros, gentes de bien y buen andar, hemos hecho 14 kilometros. El agua primaveral caída los dos días anteriores han verdeado el paisaje, asentando el polvo de las veredas.

Comenzaremos la ruta en la Calle de Agua de Dilar. Atravesamos el pueblo por la avenida Emilio Muñoz hasta llegar a Ermita Nueva donde nos hacemos una foto frescos como rosas.

Continuamos por una pista ancha. Una mirada al entorno nos muestra el valle del río Dilar, la Boca de la Pescá, el Trevenque y los Alayos donde destaca Picacho Alto.  Y si nuestra mirada sigue la pista por la que andamos nos encontramos con la temida Cuesta Blanca. Como su nombre indica es una pendiente que, más que dejarnos blancos, nos saca los colores. El barro pegajoso nos ancla al camino. Pero como ya hemos dado muchos botazos, llegamos hasta lo más alto venciendo esta dificultad.

Ahora la vereda, con una moderada pero constante pendiente, es más pequeña y transcurre en la linde de un pinar; llama nuestra atención una antigua tapia de piedra muy deteriorada, antigua frontera entre dos viejos ducados, que nos acompaña a lo largo de todo el ascenso. Flores de aulaga, romero y cantueso custodian las lindes. Estamos en el Barranco de Pocaleña.

Llegamos a un hito donde la vereda hace un giro a la derecha, ascendiendo hasta alcanzar una pista forestal ancha que procede del Aula de la Naturaleza de Dilar. La continuamos hasta llegar a un indicador: hacia delante vamos a la ermita y a la derecha nos conduce a la Silleta del Padul.

Por fin llegamos a Ermita Vieja.  Fue construida en plena sierra en evocación de la Virgen de las Nieves, donde subían en peregrinación los habitantes de Dilar el 5 de Agosto durante las fiestas en honor de su patrona. Hoy día, sobre los antiguos cimientos de la ermita, se levanta la Casa forestal de Ermita Vieja destinada a puesto de vigilancia contra incendios en los meses de verano.

Después de tomar un refrigerio retornamos. Tomamos ahora la dirección hacia La Silleta del Padul. Las vistas son impresionantes, con Los Alayos recortándose en primer plano y la nieve de la sierra brillando al fondo. Ignoramos el desvío que sale a la izquierda; nos conduciría hasta el Puerto de la Mala Mujer y luego a la Silleta. Seguimos al frente y la pista se convierte en vereda al tiempo que comienza a descender hacia un barranco.

Al llegar a este, lo descendemos por una senda pedregosa pero que se camina bien. Los pinos nos sombrean. Llegamos al final de este barranco conocido como Fuente de la Salud. Una pantaneta marca el final del pinar y el comienzo de las tierras labradas con olivos y almendros.

Llegamos así de nuevo a Ermita Nueva. Y estos campeones y campeonas demuestran una vez más que están en forma. Y hoy nos despedimos de Gloria que vino acompañada de su perrita.


Desde aquí le mandamos a Juan Puertas todo nuestro apoyo.


2 comentarios:

Loli Rus dijo...

Lo primero mandarle a Juan y M.Carmen todo mi cariño en estos malos momentos q. están pasando
Lo segundo comentar la subida de Cuesta Blanca q. se puso "negra" con el barro q. llevábamos en las botas...más de dos kg en cada una...y cómo costaba moverlas!!!!
Lo tercero, felicitar a todos por el esfuerzo, porque como dice César, hemos sido unos campeones. Un abrazo Loli Rus

Gloria dijo...

Menuda caminata de despedida que me tenían preparada estos senderistas, ¡qué energía!