miércoles, 2 de marzo de 2016

Cruz de Viznar



Una solitaria cruz que corona el Collado de Víznar da nombre a este sendero que tiene mucho interés para los amantes de la maravillosa Sierra de Huétor.

Hoy disfrutamos además de la belleza de lo efímero, esa nieve limpia caída hace un par de días que perdura virgen blanqueando las laderas o definiendo contornos fríos alrededor de matorrales y rocas. Su presencia cambia el paisaje, disfrazado con un traje blanco de fiesta; el sol lo desnuda con sus manos de luz cálida. Todo lo miramos fascinados.

Desde Viznar caminamos por la carretera hasta Puerto Lobo, al que llegamos dando grandes trancos para salvar los altos escalones de las escaleras del área recreativa. Seguimos la pista forestal de la Alfaguara que discurre por terreno en ligero ascenso. Una bandada de escandalosos rabilargos (grruii, grruii...) van marcando nuestra ruta.

El rabilargo (Cyanopica cyanus) es un ave mucho más grácil y estilizada que otros componentes de la familia de los córvidos, de los cuales también se distingue por poseer un plumaje de suaves tonos cremosos y azulados. De hábitos marcadamente gregarios durante todo el año, presenta una curiosa distribución mundial en dos núcleos separados por millares de kilómetros: la Península Ibérica y Extremo Oriente. Esta circunstancia ha llevado, incluso, a dudar sobre el carácter autóctono de las poblaciones españolas de la especie.



Llegamos, siempre sobresaltados por la silueta nevada de Sierra Nevada, a una senda que inicia una subida hacia la izquierda. Aquí encontramos una placa homenaje a un montañero. Reza así: "Gracias Alejandro por habernos enseñado a escalar las cimas y a mirar con ojos limpios desde las alturas. ¡Qué la tierra te sea leve! Naciste para vivir en las cumbres como las aguilas."

Ascendemos entre pinares por el Barranco de la Umbría. Nos encontramos con pinsapos, un tipo de abeto muy singular de esta sierra. Esta reliquia vegetal ha sido introducida en estas laderas a través de repoblaciones, pero han alcanzado un alto grado de naturalización.

La llegada al Collado de Víznar se agradece tras el esfuerzo realizado.  Descansamos al tibio sol de invierno.

Desde allí caminamos hasta un observatorio del Infoca. El camino es mágico, pasando por una estrecha vereda totalmente nevada entre pinos. Un grupo de cabras montesas crestean dándonos la bienvenida.



Al regresar nos fotografiamos bajo la Cruz de Viznar (1549 m), a la que no subimos por encontrarnos con placas de hielo.  Tras esta visita  nos espera un pronunciado descenso por la solana de la Cruz de Víznar, a lo largo del cual la senda discurre bordeando un roquedo dolomítico.

La senda termina en Puerto Lobo desde donde marcharemos a Viznar.

2 comentarios:

Loli Rus dijo...

César, la ruta de hoy,como muy bien la describes, ha sido mágica.Preciosa la vereda de subida, entre nieves vírgenes y dura la bajada, cargada de adrenalina y equilibrios para no caer... con el testigo presencial, imponente, de Sierra Nevada... Maravillosa...Por poner un pero (y que no te pongas tan chulito...jejejej) nos ha faltado coronar la cruz...pero la prudencia aconsejaba que no,que estaba muy resbaladiza... Bueno ya tenemos otro motivo para volver.
Un abrazo a todos y nos vemos en el próximo sendero (si cogemos plaza en el bus...jajajaj)

Anónimo dijo...

Muchas gracias Loli por tus comentarios.

Eres un cielo.

Cesar