miércoles, 10 de febrero de 2016

Niebla en el Cerro Buenavista



La ruta de hoy, emprendida por mis valientes senderistas, nos alzó hasta el Cerro Buenavista, a 1664 metros de altitud. Su nombre responde a las magníficas panorámicas que desde él se contemplan: Sierra Nevada, la Sierra de Huetor, el entrono montañoso del Aguas Blancas, El Calar de Güejar Sierra...

Pero la niebla, implacable, por arte de su peculiar y húmedo abracadabra, hizo que todo a nuestro alrededor desapareciera. Y hay que reconocer la magia de verte envuelto en la nada, a veces fría y siempre misteriosa.

Comenzamos la ruta en el Puerto de la Mora. Comenzamos en un monigote de piedra, en un mojón desde donde parte un carril asfaltado hacia unas canteras de áridos. Estamos en la base de la Umbría de la Cañada de las Yegüeras. Esta zona de pinos silvestres y cedros está protegida como reserva micológica.

Cogemos este carril que penetra en el Parque Natural de la Sierra de Huetor en ligero ascenso. Un ligero chirimiri hace que el paso sea vivo. Dejamos a la izquierda una vereda que nos conduciría a la Casa Forestal del Pozuelo. Las erosionadas calizas se adornan con el musgo revitalizado por el agua.

Seguimos adelante y a unos metros del anterior cruce parte la vereda de tierra a la izquierda que debemos tomar. Tras pasar una cadena, una nueva encrucijada; nosotros seguimos por el camino de la izquierda. El de la derecha nos llevaría hasta unas canteras abandonadas situadas al pie del Alto de la Majada de los Machos.

Seguimos esta vereda. A medida que ascendemos nos rodean quejigos y encinas. La niebla, cada vez más espesa, abraza a los árboles y se derrama sobre el suelo lagrimeando. Este tipo de precipitación horizontal es muy importante en estas sierras.

Con un moderado esfuerzo llegamos al Cerro de Buenavista. A la derecha, aunque no lo vemos, hay un alto con el punto geodésico y a la izquierda el segundo picacho donde nos acercarnos a una caseta forestal de vigilancia desde imaginamos unas preciosas vistas del parque natural. Sopla el viento y la niebla es la dama blanca que envuelve a la montaña.  Aquí nos tomamos el refrigero de media mañana escondidos entre las rocas.

Regresamos al punto de partida por las mismas veredas, pero nos desviaremos para ver la casa forestal del Pozuelo. Una vieja veleta responde con su silueta metálica al nombre de la abandonada construcción.



Y la receta de hoy: pollo al curry.

En aceite de oliva reogamos el pollo troceado. Lo apartamos y en ese aceite pochamos cebolla y manzana rallada. Colocamos el pollo y, después de añadirle curry al gusto y marearlo un poco, añadimos un vaso y medio de caldo de ave. Dejamos que la salsa se reduzca y listo. Lo podemos acompañar con un arroz blanco.

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