jueves, 8 de octubre de 2015

Primeros pasos con el grupo de senderistas Buenos Aires

Se abre el telón y aparece un grupo de hombres y mujeres cargados de ilusión por hacer camino al andar. ¿Cómo se llama la película? El grupo de senderismo del Centro de Mayores Buenos Aires.

Tras organizarnos un poco y hacer la foto inicial de rigor, dirigimos nuestros pasos hacia la Vega. Hacemos así un homenaje a este entorno rural sin el cual no se entiende la historia y el paisaje de nuestra ciudad, sin la cual Lorca se hubiera quedado sin versos. Caminaremos entre los pagos de la Acequia Arabuleila y la Acequia Tarramonta.

Partimos del Museo Memoria de Andalucía; recorremos el parque Tico Medina que lo delimita y pasamos bajo la circunvalación para dirigirnos a la ribera del Monachil. Es vergonzoso ver tanta basura y escombros custodiando los bordes del camino. Recorremos su margen hasta llegar al Genil, donde tomaremos la Vereda de la Requica.

Pronto nos encontramos con la Acequia Tarramonta que nos conduce hasta el final del Camino del Baño; antes nos quedamos sin vereda y atravesamos un olivar y un rastrojo de maizal.

Cruzamos la carretera llamada “del Barco” y, por el camíno Viejo de Cullar, llegamos al antiguo Cortijo del Pino. Hacemos una parada en el aula rural colindante para tomar un refrigerio otoñal. Compartimos frutos de otoño y nos tomamos una limonada y una cervecita.

De nuevo tomamos la linde de la Tarramonta. Pasamos junto al Cortijo Cámara y caminamos hacia el río Dilar. Vamos dejando atrás cultivos de espárragos (ahora transformados en hembra, las esparragueras), de maíz a espera de ser recogido, de ajos recién sembrado que asoman tímidamente en lo alto del caballón...

Llegamos al seco lecho del Dilar y lo seguimos a la derecha hasta el camino de Ambroz, llamado también Cantarranas que nos llevará de nuevo hacia la Tarramonta. Higueras, membrillos, granados, azufaifos y nogales nos recuerdan con sus frutos la estación en la que nos encontramos.

Cruzamos de nuevo la carretera del Barco y la seguimos hasta que el camino desaparace y debemos seguir por la servidumbre de paso de un ramal de la acequia. Llegamos así a la Vereda de la Requica que de nuevo nos conduce hasta Granada.

Y como no debemos olvidar las buenas costumbres, una receta. Nos la regala Toni, cablabaza con patatas.

Troceamos, a partes iguales y menudito, patatas y calabazas. En el microondas con un poco de aceite de oliva las pochamos. Cada cosa por separado ya que requieren mimos diferentes. Luego lo mezclamos con la espumadera. A parte hacemos un machado de ajo (un par de dientes al que le quitamos el corazón), un chorreón de vinagre, orégano y pimentón de la Vera. Se mezcla con la patata y la calabaza y se acompaña con un huevo frito.

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