miércoles, 19 de noviembre de 2014

Alzamos los brazos en el Cerro del Maúllo.



La ruta de hoy estuvo iluminada por un cálido sol de otoño. Las aulagas comienzan a florecer y el olor del tomillo arrancado por el roce de nuestras botas lo inunda todo. Una bandada de rabilargos azulean el verde de los pinos.

Partimos de Fuente Grande, Fuente de Aynadamar o Fuente de las Lágrimas de Alfacar. Desde allí ascendemos por un pedregoso carril que, tras el esfuerzo de su pendiente nos regala una magnífica vista de los tresmiles de la sierra.

A nuestra derecha, cerca del Parque de Federico García Lorca, unos operarios se esmeran en buscar los huesos de inocentes asesinados en la guerra civil y enterrados como animales en una fosa común. Nos encontramos en una zona conocida como el Caracolar. Pasamos por este trozo antiguo de playa petrificada, retrocediendo en el tiempo más de 20 millones de años. Lo que resulta aterrador es que esos muertos sin tumba fueron asesinados hace tan solo unos setenta años.

Seguimos la marcha con la panorámica de Granada a nuestra derecha, El Cortijo Pepino a nuestros pies y Sierra Elvira a nuestras espaldas, para dirigirnos al Barranco de Víznar. Cruzamos otra fosa común de la Guerra Civil española. Más lagrimas que se deslizaron por la ladera hasta la acequia Aynadamar. Lagrimas saladas que se entrelazan con las dulces. Desde aquí parte una vereda a la derecha que asciende entre pinos y matas de romero para dejarnos en el Área Recreativa de Puerto Lobo.

Aquí parte una la senda, debidamente señalizada, hacia las Trincheras. Se trata de la Senda del Maúllo. Al principio el sendero desciende atravesando un hermoso mosaico vegetal compuesto principalmente por jóvenes cedros, pinos, algunos olivos y álamos, para finalmente ascender hasta un carril forestal y que seguiremos a la derecha. Desde este carril, asciende una estrecha y agradable vereda que nos sitúa, en un abrir y cerrar de ojos, en las Trincheras del Maúllo; restos de la Guerra Civil española, llamadas así por el ruido que hacían los soldados para comunicarse a lo lejos, unos con otros, imitando el del maúllo del gato montés y que habitaba estos parajes.
Las trincheras del Maúllo  fueron construidas por el bando republicano aunque luego cambio de color. Son las mejor conservadas en el Parque. Se conforman en torno al Cerro del Maúllo, rodeándolo casi en su totalidad con sus galerías, de las que sobresalen de tanto en tanto las garitas. Las vistas desde aquí, sobre los 1.319 m, son impresionantes. Nos hacemos una foto con la felicidad de saber que hoy el único disparo que escucharemos es el de la máquina de fotos.

Bajamos entre pinos resineros, antiguos cultivos de olivos, coscojas y encinas; matorrales como jaras, retamas, escaramujos y aulagas. Prestaremos especial atención a las plantas aromáticas: salvia, tomillo, mejorana cantueso, romero y lavanda. Regresamos por la pista forestal de la Alfaguara hasta llegar de nuevo al Centro de Interpretación. Regresamos por la carretera que nos lleva al pueblo de Viznar.

Y las recetas de hoy dignifican las conservas de pescado azul.

Melva con pimientos de piquillo. Un par de cebollas bien picadas se caramelizan en la sartén. O sencillamente las pochamos a fuego lento o les añadimos una cucharada de azúcar moreno y un chorrito de vinagre de Módena. Abrimos la lata de pimientos de piquillo y los pasamos por la sartén. Luego en una bandeja ponemos un lecho de cebolla caramelizada, los pimientos y sobre ellos los lomos de melva en lata.

Berenjenas con atún. Partimos las berenjenas por la mitad y les damos unos cortes; las envolvemos en film tras añadir un poco de sal. Las metemos en el microondas unos diez minutos. Cuando esta hecha, vaciamos la carne de la berenjena sin romper la cascara. La carne de la berenjena la mezclamos con atún natural en lata y un poco de salsa de tomate. Con esto rellenamos las berenjenas y tras poner encima una loncha de queso de fundir le damos un golpe de microondas. Echamos una pizca de orégano. 

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