domingo, 13 de abril de 2014

El sueño de Goulpin.



En esta ruta disfrutaremos de dos valles, del valle del oro y del entorno del río Genil.


Nuestra ruta comienza en Plaza Nueva. Desde allí subiremos al Cementerio por el Bosque de la Alhambra, donde tomaremos el llamado “camino primitivo” que nos conduce, entre pinos,  hasta la “Vereda de los Franceses”.

Pasamos dos pequeños puentes de piedra, antiguos acueductos de las barranqueras del Olivar. Llegamos al Valle del Oro, donde nos encontramos con cuevas, perforaciones, lavaderos, puentes y antiguas edificaciones de una explotación minera francesa destinada a la extracción de oro.

Aunque parece que ya en tiempo de los musulmanes los reyes de granada empleaban gran cantidad de esclavos cristianos para explotar el oro de la cuenca del Darro, el apogeo de esta industria minera y de la fiebre del oro ocurre en torno al 1825. Don Juan Adolfo Goulpin, construye un nuevo canal conocido como el "canal de los franceses", que traía el agua desde el río Aguas Blancas.
Una vez transportada y embalsada, se dejaba caer el agua torrencialmente para descarnar la ladera del cerro y arrastrar las partículas de oro.



Nos lo describe perfectamente Luis Seco de Lucena:
El procedimiento que seguía Goulpin era desmoronar los cerros auríferos a fuerza de potente chorro lanzado por un pitón, con la destructura violencia que le imprime el desnivel de 117 metros que hay desde el orificio de salida hasta la altura del canal. 
 
Las arenas, así arrastradas por el agua, eran conducidas por canalizos, en cuyo fondo íbanse depositando según su volumen, y merced a rejillas de hierro sistemáticamente dispuestas para la separación mecánica de los granos de oro de los de cuarzo. Luego se trataban con mercurio para separar el metal del resto de partículas que se depositaban en escombreras.  

Bajamos hasta Lancha de Cenes pasando por su iglesia dedicada a la Virgen de Fátima. Desde allí nos dirigimos al Genil, llegando a la altura de la Presa Real de la que arranca la Acequia Gorda. Seguimos el corredor verde hasta Granada.

La receta: roscos de Semana Santa.
Por cada huevo añadimos: tres cucharadas de leche, de aceite de girasol (tostado con una cáscara de limón) y de azúcar y un sobre de levadura Rollal. Si empleamos tres huevos incluimos la ralladura de medio limón y una cucharada de anís. La leche puede sustituirse por zumo de naranja. 
Se mezcla todo bien y luego se le añade la harina que admita hasta que podamos manipular la masa con las manos. Es conveniente manipularla con los dedos un poco untados en aceite. Para hacer los roscos realizamos dos bolitas, las aplastamos una contra otra y hacemos el agujero central. Freír en aceite de oliva a fuego medio. Escurrir y rebozar en azúcar y canela.

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