sábado, 24 de noviembre de 2012

Ruta de la casa Forestal de Bolones

 
 
En esta ruta nos hemos dado un baño de otoño, en este tiempo tan rico en colores, olores y setas.. 

Iniciamos el paseo en Huetor Santillán caminando por la calle Molino Alto. Tras pasar bajo el puente de la autovía iniciamos la senda. Nos dirigimos inicialmente hacia la Cueva de los Huesos. Después de una subida moderada tomamos una vereda estrecha a la izquierda dirección Bolones. Transcurre a media ladera con unas vistas muy bonitas del valle del Darro y el Cerro del Maullo. 
 
Caminamos rodeados de enebros, espartos y otros matorrales mediterráneos. Manolo del Valle acompasa sus pasos con la recogida de esparto y la elaboración de una pleita que convierte en una onda de pastores. Luego nos hizo una demostración de su destreza lanzando piedras con la onda. Le agradezco de corazón el regalo: un pedazo de la historia de nuestras sierras. 

 

Esta vereda nos conduce hasta el final de la pista forestal que parte desde la casa Forestal Los Peñoncillos. Este camino es cómodo de andar y en el encontramos una abundante vegetación arbórea, entre la que se encuentran, entre grandes encinas y quejigos,  algunas sequoyas y pinsapos. Tras pasar al lado de una alberca nos encontramos con la Casa Forestal de Bolones.

Continuamos la pista hasta llegar al cruce de caminos próximo a Los Peñoncillos. Seguimos caminando hacia la izquierda en dirección a la Fuente de la Teja. Antes de llegar al Mirador del Darro nos desviamos a la izquierda por una vereda que nos va introduciendo en lo más profundo del valle.


A través de un angosto y precioso barranco llegamos a el nacimiento del Darro en la Fuente de los Porquerizos. Desde allí continuamos por una cómoda pista forestal hasta coger el camino de la Acequia del Darro que nos conduce a Huetor Santillán.


En este sendero la receta nos la contó Adelaida. Huevos a la nieve.
Ponemos a hervir un litro de leche entera con dos cañas de canela, cuando está templada le añadimos ocho cucharadas de azúcar. Separamos las yemas de las claras de cuatro huevos. Trabajamos las claras hasta punto de nieve, de modo que si damos la vuelta al cuenco no se desprenden. 
Cuando la leche rompe a hervir vamos echando con la cuchara pelotas de claras a punto de nieve en la leche. De este modo las vamos "friendo en leche". Estas pelotas las sacamos a una fuente bonita.
Apartamos la leche del fuego y le añadimos las yemas batidas poco a poco. Volcamos la leche en la que hemos mezclado las yemas en la bandeja donde colocamos las claras fritas en leche. Espolvoreamos canela.

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