miércoles, 16 de junio de 2010

La línea de arena.


Rober ha escrito un cuento que me gustaría compartir con vosotros (con el permiso del autor, por supuesto). Se lo ha dedicado a las niñas de unas amigas y a su entender esconde la siguiente moraleja: el miedo oculta grandes maravillas y con la ayda de un amigo es mas fácil descubrirlas

La línea de arena

"Hace mucho tiempo, en lo más profundo de una cueva que se encontraba en lo más alto de una montaña, vivía una niña llamada África, una niña que a todo temía. Temía a los rayos del sol ya que con su calor podrían quemarla, temía a la noche ya que ¿quién sabe cuantos peligros se esconden en la oscuridad?, temía a los animales, a las plantas y hasta a el aire que acariciaba su cara.
Un día, mientras África andaba temerosa por el bosque, un mago que la vio temblar se acercó a ella y tras varios minutos intentando convencerla de que no tenia que temer, le ofreció una bolsa llena de arena:

- La arena que esta bolsa contiene posee un gran poder - le dijo - Cuando sientas miedo dibuja una línea en el suelo ante lo que te haga temer y así no correrás peligro.

África, temerosa de todo lo existente, vio de pronto resuelto su problema, de manera que busco una cueva y dibujó una línea en la entrada.

- Aquí no tendré nada a que temer- pensó llena de tranquilidad.

Pasó el tiempo y allí estuvo África encerrada en su cueva contemplando, con la tranquilidad que la arena mágica le proporcionaba, todo aquello que le daba miedo. Observaba la lluvia caer, los pájaros pasar, el sol secando las hojas de los árboles que caían al suelo,… y pensaba en lo tranquila que se sentía.

Un día mientras miraba a dos pájaros juguetear entre los árboles una niña de cabellos rubios apareció corriendo entre la maleza:
- ¡Oh no! ¡Esa niña no tiene la arena mágica que te protege de todo!- pensó África exaltada.- ¡Debe estar pasando un miedo terrible! Con esos pájaros y el sol que calienta y las hojas que caen!¡Debo ayudarla!

De manera que África grito y salto desde su cueva para llamar la atención de la niña en peligro. Pero la pequeña no la escuchaba. De manera que África se armo de valor, apretó sus puños y salió corriendo saltando por encima de la arena mágica con la intención de salvar a la niña indefensa. Cuando llego hasta ella, agarró su mano con fuerza e intento llevarla de nuevo hasta su segura cueva. La niña, sorprendida ante la aparición de África, paro su carrera:
- ¡Espera! ¿Porqué corres con tanto miedo hacia esa cueva? - preguntó la nueva amiga
- ¿Acaso no ves todos los peligros que acechan por aquí? ¡ Mira esos pájaros, podrían atacarte y picarte con sus largos picos! - dijo África sorprendida.
- Sólo son dos pájaros que juegan, son amigos, es algo bonito. - contesto la niña.
- ¿Amigos?¿qué es eso? - pregunto África.
- ¿Tu no tienes amigos? - se extraño nuestra amiga.
- No se lo que es eso, pero seguro que es peligroso- dijo África con poco interés.
- Debes tener una amiga para aprender lo que es eso, así que yo lo seré, me llamo Julia - se presentó mientras le tendía la mano.

África que no entendía muy bien lo que esta pasando, se dejó llevar por un momento y le cogió la mano: Yo, África – le contestó.

Y fue entonces cuando por primera vez, África se sintió segura sin la ayuda de la arena mágica. África le contaba sus miedos y Julia con una sonrisa le explicaba todo lo bueno que tras esos miedos se escondía; le explico como el sol puede calentarte un día de frío, como la lluvia regaba las plantas que les regalaban los más exquisitos frutos o como los animales también podían convertirse en grandes amigos.

Juntas siguieron aprendiendo y disfrutando de todos los placeres que durante tanto tiempo se escondieron tras una línea de arena."

Roberto.

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